miércoles, 23 de mayo de 2012

LA JAULA II, PASANDO A VIGILANCIA ZONAL, ISBN 978-84-616-1251-2


                   Capitulo 13
                   Entrevista con Ernesto

Mientras escribía esta historia, a cada momento, me iba quedando más anonadado.  He iba entendiendo, el porqué es tan difícil probar un seguimiento.  Pero para poder seguir escribiendo esta historia, necesitaba más información.  Y donde coger esta información.  Pues desde el mismo origen, de Ernesto, el Vigilado.
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Así que ni corto ni perezoso, me dirigí a su casa, sabiendo que aun estaba dentro del proceso de seguimiento.  Pero quería informarle de lo avanzado que llevaba su tercer libro.  Y que necesitaba más información para poder acabar, el tercer libro.
Ernesto, me abrió la puerta y accedí a su domicilio.  La visión era más demacrada de la que recordaba hacía nueve meses, cuando me contó su historia.  Nada más entrar, me enseño, donde estaba ubicada la microcamara.  Me enseño el hueco, realizado para tener línea visual con la microcamara.   Que como observé, había sido improvisado y su función no era la de filtrar luz, pues ya tenía otra ventana mucho más grande en la parte central.  Y ciertamente se veía, la microcamara instalada en el techo, enfocada hacia el balcón.  Aunque desde la primera vez, que vine, ya habían cambiado a las personas que vivían en su interior, de una familia de dos a otra de cuatro personas.  Aclarándome, que la importancia del piso franco no es de quien la ocupa si son policía o colaboradores no policiales.  Sino el hecho de la colocación de la microcamara o la reiteración en la vigilancia a ojo desde las ventanas anexas.  Y sobre todo recalcaba la libertad que tienen, la policía que le investigaba.  Pues desde la denuncia de su hecho y la gravedad de este y aun seguía esperando.  Siendo conscientes tanto la judicial de su colocación, como el vigilado.  Y que no fuese quitada.   Daba el nivel de seguridad que tenían, en que la denuncia no iba a prosperar.  Como si pensasen, que ya que ha grabado la cámara, y la ha pillado.   Pues la dejamos, ya nos inventaremos luego lo que queramos o desviaremos la atención, no va a ser capaz de demostrar nada.  Mucha seguridad.  Que lo da el acceso a….  Claro, que pensando, pensando la pregunta sería: ¿Quien va a informar al juez, un policía civil, guardia nacional o un metropolitano?   Con lo que pueden contarle lo que quieran, en el caso de que sea necesario pueden engañarlos.   Pues Ernesto, entendía, que no debe ser fácil engañar a un juez, otra cosa es que se dejasen engañar, por los policías.  Pero como todo, el engaño a un individuo o varios, solo depende de la cantidad de personas de su alrededor que estén dispuestos a ello.  Por ello, ninguno estamos cubiertos, de ser engañados durante la vida.  El problema no es ser engañado, sino que te des cuenta del 

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