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Las serpientes devoran a sus presas vivas y enteras, de un bocado, sin masticar. Pero estos modales en la mesa pueden resultar muy peligrosos si la cena se pone rebelde. Un grupo de herpetólogos serbios descubrió en la isla de
Golem Grad (curiosamente, conocida como Isla de la serpiente) en el lago Prespa, Macedonia, una joven
víbora cornudahembra
(Vipera ammodytes) con la cabeza de una
escolopendra(Scolopendra cingulata) asomada por la parte inferior del abdomen. Por lo visto, el apetitoso bocado decidió encontrar un camino de salida y
se desplazó a mordiscos por el interior del cuerpo del ofidio hasta ver la luz cerca de la cola. Ni el depredador ni la presa sobrevivieron al fatal encuentro gastronómico.
Inesperadamente, la masa de la víctima era mayor que la del depredador
La serpiente quiso darse un banquete demasiado grande
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